Por Daniel Peñaranda Pinto
El neorrealismo
El cine propiciado por Mussolini y el fascismo era glamoroso y artificial (una copia de Hollywood), censuraba la sátira, la pobreza y la delincuencia. Terminada la Segunda Guerra Mundial en mayo de 1945, derrotados los fascistas, queda una Italia devastada económica y socialmente. Entonces se consolida una renovadora corriente cinematográfica denominada neorrealismo, que plantea que el cine no debe ser una simple forma de distracción; sino una herramienta de polémica y crítica social. Los neorrealistas trabajan, con actores no profesionales, escenarios naturales, finales abiertos, narrando historias de la gente humilde. Los principales representantes de ésta corriente son: Luchino Visconti, Vittorio de Sica y Roberto Rossellini.
El director
Vittorio de Sica (Italia, 1901-1974), se inició en el cine como actor con apenas 17 años, en la década de los 20 se dedica al teatro. En los años 30 se consolida como actor de cine, trabajando en comedias románticas. En 1939 debuta como director con “Rosas escarlatas”. Durante los años 40 y 50 dirige: “El lustrabotas” (1946), “Ladrones de bicicletas” (1948), “Milagro en Milán” (1951), “Umberto D.” (1952) y “El techo” (1956), filmes que lo consagran como cineasta y lo llevan a obtener 26 premios internacionales.
La película
En 1948 Vittorio de Sica lanza “Ladrones de bicicletas” una de las películas más representativas del neorrealismo italiano. El filme tiene un planteamiento sencillo y sin artificios retrata las carencias de la post guerra en Italia. Este drama social, rodado en las calles de Roma, refleja la dura realidad de ese momento histórico, marcado por el desempleo, la pobreza y la delincuencia.
El equipo de la película lo conformaban: Carlo Montuori fotografía (blanco y negro), Cesare Zavattini guion, basado en la novela del mismo título de Luigi Bartolini, con las interpretaciones de: Lamberto Maggiorani, Enzo Staiola y una duración de 89 minutos.
Sinopsis
Terminada la II Guerra Mundial en Italia escasea el empleo. Antonio Ricci, a duras penas consigue trabajo pegando carteles, pero la condición es tener una bicicleta y la suya está empeñada. Su esposa vende sus sábanas y consigue liberar la bicicleta, pero el primer día de trabajo se la roban. Antonio acompañado de su hijo busca desesperadamente recuperar la bicicleta, de ello depende la sobrevivencia de su familia.
La exhibición y posterior análisis del filme se realizarán el martes 17 de octubre, en el local del Cine Club “Jorge Sanjinés”, Santivañez Nº 0134 entre Ayacucho y Junín, a partir de las 18:30.