Por Luis Espinal
Ante Ukamau de Jorge Sanjinés uno se pregunta si los bolivianos se han dado cuenta del valor de este filme de magnifica calidad, altamente apreciado y galardonado en Europa.
En una línea espiritual y plástica comparable a las de Dreyer o Bresson, Ukamau está pleno de verdad y autenticidad. Con fina sensibilidad se ha captado el espíritu y el tiempo sicológico del campesino aymara, enraizado en su tierra y en comunión telúrica con el lago, los cerros y el altiplano. En contraposición a él, el advenedizo explotador e hipócrita es un típico desarraigado a pesar de su mayor nivel económico.
Todo Ukamau es un tiempo de espera, como un drama de Esquilo, con la profunda taciturnidad del campesino, que parece expresarse sólo a través de su quena. El final llega implacablemente, con la frialdad de lo largamente rumiado, con una violencia estilizada por su misma reiteración la conjugación de planos generales y de detalle da a esta lucha una palpitación plena de sentido.
Ukamau tiene una plástica vigorosa, donde cada objeto cobra vida, hasta un realismo de ingenuidad primigenia.
La sobria recitación de los nativos y los sonidos aymara dan al filme una profundidad de sentimientos muy cinematográfica.
Como defectos, habría que notar algún preciosismo fotográfico y ciertos errores al dosificar los ritmos internos; defectos bien comprensibles en un equipo de realización joven.
Ukamau es una gran esperanza para el cine boliviano si sabemos apoyar el talento de este grupo profundamente compenetrado del sentido de nuestro pueblo.
Ficha técnica
Ukamau, Bolivia 1966.
Director: Jorge Sanjinés.
Productor: Instituto Cinematográfico Boliviano.
Guion: Oscar Soria.
Fotografía: Hugo Roncal.
Montaje: Jorge Sanjinés.
Música: Alberto Villalpando.
Intérpretes: Vicente Verneros, Néstor Peredo y Benedicta Huanca.
Color: Blanco y negro.
Duración: 80 minutos.
Diálogos en castellano y aymara.
Premios: Grandes Directores jóvenes y Premio de la crítica en el Festival de Cannes (1967), Flaherty en el Festival de Locarno (1967).